(La sala oscura de un calabozo. Se abre la puerta con un chirrido. Entra el ciudadano Köln. Cierran la puerta detrás suyo. Un foco le ilumina y lo sigue hasta la silla donde se sienta. Apoya los brazos en la mesa, con los dedos entrelazados. Enfrente, una sombra)
sombra: Bueno, finalmente no me fue necesario capturarte. Viniste tú a mí…
ciudadano Köln: Tú viniste a mí…
sombra (Inclinándose hacia el prisionero. Su rostro entra bajo el cañón de luz): Es lo mismo…
ciudadano Koln: ¿Qué quieres?
sombra: Esa no es manera de hablarle a un comisario… (Pausa. Se echa hacia atrás en la silla. El ciudadano Köln también) ¿Sabes? Tarde o temprano te hubiera atrapado… Dejaste la funda de tu guitarra bajo la cama… No creo que fuera difícil encontrarte…
ciudadano Köln (azorado): ¿Sabes dónde está mi guitarra?
comisario (con una calma pretenciosa): No soy Papa Noël, aunque el nombre de Klaus de mi placa te lo pueda hacer pensar. Además, no creo que la necesites donde vas… Ahora dime por qué lo hiciste… ¿Por el dinero? Cobraba una pensión de invalidez bastante suculenta…
ciudadano Köln: ¿Qué? ¡No! Apenas acabo de recuperar la memoria… yo no…
comisario Klaus: Déjate de elipsis, lo sabes…
cK: Lo… lo maté porque era la única manera de liberarlo… seguía enamorado… yo sentí lo mismo una vez… había que zanjar el asunto… aquello era una muerte en vida… sé que no tengo derecho a decidir pero… él me lo pidió…
comisario Klaus: ¡Y una mierda! ¿Sabes por qué lo mataste? ¿Sabes por qué? Porque llevabas encerrado allí dos semanas sin hacer nada, sin tocar, perdiendo el tiempo, sólo fumando y bebiendo y durmiendo, hundido en la inmundicia… tipos como ese son los que joden una ciudad como esta… la gente incapaz de construirse una vida propia que destruye la de los demás… nadistas, chusma, morralla, inmundicia...
cK (inclinándose sobre la mesa): ¡Yo no lo maté por eso! ¡Ni siquiera estoy seguro de que lo matara!
cK (con la figura bajo el foco de luz, mostrando las manos): ¡Lo mataste con estas manos! ¡Engáñate con que lo hiciste por caridad! ¡Engáñate! ¡Ambos sabemos que el arte es lo primero, que la música lo vale todo, y él estaba destrozando nuestro proyecto!
cK: ¿Pero qué es la música sin gente?
cK: ¿Pero qué es la música con un público que no es capaz de comprenderla ni producirla?
cK: ¡Pero él la entendió, él me escuchó, el disfrutó!
cK: ¡Él te negó!
cK: ¡Como la música! ¡No sólo afirma de la vida, también la niega! Si toco, no deseo hacer nada más, y si sólo hago eso, ¿en qué me diferencio de él?…
cK: Nuestro proyecto buscaba eliminar ese ombliguismo, procuraba crear movimiento, vida: cambio propio y ajeno…
cK: Pero si matamos, negamos nuestro objetivo…
cK: ¿Entonces qué? ¿Debo dejar que la inacción del resto me mate a mí también? ¿Cómo puedo ser tolerante con un mundo que me niega? ¿Cómo enfrentar algo así?
(cK no tiene respuesta. Incómodo, se levanta del asiento, se aleja del espejo y espera a que alguien le abra la puerta del calabozo)
sombra: Bueno, finalmente no me fue necesario capturarte. Viniste tú a mí…
ciudadano Köln: Tú viniste a mí…
sombra (Inclinándose hacia el prisionero. Su rostro entra bajo el cañón de luz): Es lo mismo…
ciudadano Koln: ¿Qué quieres?
sombra: Esa no es manera de hablarle a un comisario… (Pausa. Se echa hacia atrás en la silla. El ciudadano Köln también) ¿Sabes? Tarde o temprano te hubiera atrapado… Dejaste la funda de tu guitarra bajo la cama… No creo que fuera difícil encontrarte…
ciudadano Köln (azorado): ¿Sabes dónde está mi guitarra?
comisario (con una calma pretenciosa): No soy Papa Noël, aunque el nombre de Klaus de mi placa te lo pueda hacer pensar. Además, no creo que la necesites donde vas… Ahora dime por qué lo hiciste… ¿Por el dinero? Cobraba una pensión de invalidez bastante suculenta…
ciudadano Köln: ¿Qué? ¡No! Apenas acabo de recuperar la memoria… yo no…
comisario Klaus: Déjate de elipsis, lo sabes…
cK: Lo… lo maté porque era la única manera de liberarlo… seguía enamorado… yo sentí lo mismo una vez… había que zanjar el asunto… aquello era una muerte en vida… sé que no tengo derecho a decidir pero… él me lo pidió…
comisario Klaus: ¡Y una mierda! ¿Sabes por qué lo mataste? ¿Sabes por qué? Porque llevabas encerrado allí dos semanas sin hacer nada, sin tocar, perdiendo el tiempo, sólo fumando y bebiendo y durmiendo, hundido en la inmundicia… tipos como ese son los que joden una ciudad como esta… la gente incapaz de construirse una vida propia que destruye la de los demás… nadistas, chusma, morralla, inmundicia...
cK (inclinándose sobre la mesa): ¡Yo no lo maté por eso! ¡Ni siquiera estoy seguro de que lo matara!
cK (con la figura bajo el foco de luz, mostrando las manos): ¡Lo mataste con estas manos! ¡Engáñate con que lo hiciste por caridad! ¡Engáñate! ¡Ambos sabemos que el arte es lo primero, que la música lo vale todo, y él estaba destrozando nuestro proyecto!
cK: ¿Pero qué es la música sin gente?
cK: ¿Pero qué es la música con un público que no es capaz de comprenderla ni producirla?
cK: ¡Pero él la entendió, él me escuchó, el disfrutó!
cK: ¡Él te negó!
cK: ¡Como la música! ¡No sólo afirma de la vida, también la niega! Si toco, no deseo hacer nada más, y si sólo hago eso, ¿en qué me diferencio de él?…
cK: Nuestro proyecto buscaba eliminar ese ombliguismo, procuraba crear movimiento, vida: cambio propio y ajeno…
cK: Pero si matamos, negamos nuestro objetivo…
cK: ¿Entonces qué? ¿Debo dejar que la inacción del resto me mate a mí también? ¿Cómo puedo ser tolerante con un mundo que me niega? ¿Cómo enfrentar algo así?
(cK no tiene respuesta. Incómodo, se levanta del asiento, se aleja del espejo y espera a que alguien le abra la puerta del calabozo)