Eruptamos

Se detuvo... tras 85 días de actividad, la erupción iniciada el 19 de septiembre en el paraje de Cabeza de Vaca, en la isla de La Palma, ha finalizado... ha sido la más larga registrada en la Historia de la isla y ha demostrado una vez más que no somos los dueños del planeta por mucho que actuemos como tal... estamos vivos de pura chiripa en un universo inclemente e impasible...

Talamos, quemamos, recalificamos, contaminamos... tratamos el planeta igual que nuestra mente maltrata nuestro cuerpo: como si fuera otro, inferior e imperfecto, que no cumple las exigencias que dicta nuestra imaginación, como si no fuera nuestra base, nuestro sustrato, la Tierra donde nacemos y gracias a la cual podemos llegar a existir...

La imaginación, tan grandilocuente, tan ilimitada, es incapaz de realizar otro mundo posible... coartados por la fagócita sociedad del dólar y el yuan, apenas nos esforzamos en rebatirla... eso sí, si alguien levanta la voz, ponemos sus cuerdas contra las cuerdas hasta la afonía a base de ruido en redes dejando intacto el hilo de sus argumentos... no vomitamos lava, pero abrimos ríos de tierra quemada...

Aunque el magma avanza despacio, lo hace de modo inexorable... lo calcina todo a su paso como el tiempo... la imposibilidad de detenerlo, sin embargo, no impide reconducirlo... la colaboración conjunta puede evitar daños mucho mayores frente a las adversidades que se avecinan... no es la venganza de Gaia, sino los augurios sustentados por la ciencia que no dejan de cumplirse... 

El frenazo de la pandemia no ha servido para revisar el funcionamiento del motor, ni su consumo excesivo... al revés, se ha exigido encenderlo lo antes posible y pisarle fuerte, aun a riesgo de quemarlo con nosotros dentro... ahora que la crisis climática ha dejado de ser una amenaza para ser la candente actualidad, las respuestas globales siguen en interrogante... parece que arderemos antes de llegar al infierno...


Fuente: Banco de Imágenes Geológicas (CC BY-NC-SA 2.0)