Mascaraduras

Menos de un mes después de que Isabel Díaz Ayuso fuera nombrada viceconsejera de Presidencia y Justicia, el 26 de septiembre de 2017, "Artesolar, la empresa para la que trabaja su hermano, logró su primer contrato con ese departamento"...

En noviembre de 2020 salía la noticia de que el Gobierno de Díaz Ayuso había adjudicado "desde septiembre de 2019 hasta marzo de 2020 contratos a dedo por valor de 70 503,41 euros" a dicha empresa... el mes siguiente se publicaba que la Comunidad de Madrid había otorgado sin concurso "un contrato de 150 000 euros" a la misma compañía...

Un año después la presidenta volvía al punto de mira al destaparse que habían asignado "1,5 millones de euros en mascarillas a un empresario amigo suyo"... Priviet Sportive S.L. aparecía en el registro mercantil asociada a "artículos para el vestido y el tocado de caballero y señora” y a la "explotación agrícola, forestal, ganadera o cinegética de fincas rústicas"...

Priviet no tenía vinculación con el sector sanitario, y su relación con la Comunidad de Madrid se limitó a aquel contrato que se expidió "por la vía de emergencia, sin concurso público ni publicidad, gracias al primer estado de alarma aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez", una medida que buscaba agilizar los trámites burocráticos frente a la crisis provocada por la pandemia...

Con un aniversario cumplido, el tema ha vuelto a aparecer, exponiendo a una Díaz Ayuso cuyo éxito rampante, indemne a todo tráfico de influencias, amenaza a un Pablo Casado en horas más bajas que nunca... Como suele pasar en el PP, todo movimiento de la espada de la diosa Iustitia sobre sus cabezas viene provocado más por un conflicto interno que por el equilibrio de su balanza...

Desde la "gestapillo" de Esperanza Aguirre a la cremosa defenestración de Cifuentes, los puñales no han dejado de volar... Lo que no esperaba el líder de los populares es que la defensa de Ayuso consistiera en un ataque frontal, afirmando en rueda de prensa que estaba siendo espiada por la cúpula del partido... García Egea y Casado lo negaron, y le abrieron un expediente... que cerraron tres días después...

Ahora Anticorrupción investiga el contrato de marras, e intenta dilucidar a cambio de qué Tomás Díaz Ayuso recibió una nada desdeñable comisión de 286 000 euros... la resolución del caso queda lejos, y puede que no volvamos a saber de ella hasta de aquí a otro año... pero hay algo que no puedo sacar de mi cabeza por mucho que lo intento...

Ya no es el descaro y la impunidad con la que actúan, sino los momentos en los que ya son capaces de hacerlo... en un momento que el mundo estaba acongojado por un virus mortal, en un momento en que casi todo se detuvo y casi todos estábamos confinados, y no sabíamos cuándo iba a terminar la pesadilla, ellos seguían urdiendo cómo aprovechar el horror para poder robar más...

Me es imposible encontrar la diferencia entre esa persona llena de "honorabilidad" y "ejemplaridad" que defienden, y un franco hijo de puta... no tienen escrúpulos, ni vergüenza... me desarma su ausencia de moral, su inasumible psicopatía o sociopatía... han conseguido superar la podrida opinión que tenía de ellos... la náusea desborda los diques del sentido común...