13+13. Decapitulación


Llueve…

Recuerdo…

cK había vuelto, le habíamos preparado un escenario y él había traído la música…

S no encontró la Lomo y tuvo que utilizar la cámara digital… sentía que la tecnología borraba el pasado, lo recopilaba en presentes hueros, instantáneos… tampoco parecía importarle demasiado…

(cK escribe todo en una libreta, papel a cuadros y lápiz a rayas, más allá del ordenador… in tabula scriptum, intactile nullibi… algo podrá salvarse…)

Mientras, L hacía las presentaciones, preparaba la comida, contaba algunos chistes, servía las bebidas, explicaba anécdotas, recogía los platos, traducía los versos de Milton, pero al empezar a oír la música se quedó quieta y sin palabras…

(cK hace una presentación formal de las piezas que tocará… estamos en el dormitorio de L… hay figuras de hadas, cortinas de palacio, una minicadena, una televisión…)

T, que tenía las piernas destrozadas por las excavaciones arqueológicas de aquella mañana, pesada exhumación de pretéritos en cuclillas, poco a poco, escuchaba y se relajaba, sentía alivio y descanso…

(Nietzsche piensa que "la música expresa, más que cualquier otro arte, la realidad de la voluntad de poder" y, sin embargo, la considera también la "negación de la vida", pues "el arte es por excelencia el medio de escapar a los sufrimientos de la voluntad y refugiarse en las ideas platónicas"… nada es sólo uno)

El hombre incomprensible se movía en su asiento con leves aunque constantes tics… nadie hubiera podido pararlo y menos aún entenderlo… había algo fortuito en sus acciones… impulsos… a veces, meditaba boca abajo…

(cK toca tres piezas… tres siglos… el único conocido es Bach… un húngaro del diecinueve… la música del veinte es extraña e intrigante… algo nuevo…)

Mientras, no podía dejar de mirar la boca de su guitarra, tarraja, nombre hecho de piedras, túnel de tren donde, por momentos, creía ver, inmerso en la profundidad de la música, el armario que tenía a sus espaldas, atravesándolo…

(cK pulsa la última nota, suspendida en la memoria durante unos segundos, no como rémora ni lastre, sino como experiencia, como “saber antes de obrar”…)

Juntos, se rompió la barrera del escenario, del concierto clásico, vetusto, y todo se rejuveneció sin dejar de tener un pasado gigante a sus espaldas… einmal ist keinmal… uno sólo es nada…

cK se había vuelto, le habíamos propuesto otro escenario y él había prometido volver…

Recuerdo…

Llueve…

5 comentarios

Anónimo dijo...

me ha encantado la parte del hombre incomprensible y sus tics, o sí, me ha remitido a momentos q viví interiormente, q no reflejaré aquí.:)

Anónimo dijo...

Bravo, brava crónica de una noche de lluvia. Y que sean muchas más.

Hay que ver que yo no me enteré ni un ápice de los tics del hombre incomprensible. Me alegro por mi concentración. Y él, ¿será alérgico a la música?

S y L como a mí me gustan, discretas, respetuosas, y sobretodo escuchando. ¡Gracias! Porque a menudo estoy rodeado de criaturas que ni me escuchan, ni se escuchan a sí mismos, ni escuchan el runrun de la vida. Y se les va quemando como la pólvora.

Y T durmiendo... Qué agradable visión. La música amansa las fieras.

hatsue-san dijo...

Oh! Realmente es simétrico! Cómo pude no darme cuenta!

Ck...¬¬U

Que conste que no dormí más que en el bis. En las otras puede que tuviera los ojos cerrados, pero escuchaba atentamente. Esa música del siglo XX que no te lleva al clímax y que te arrastra...

Anónimo dijo...

Los tics del hombre incomprensible sólo son la punta del iceberg de alguna opinión muy extendida, unánime y, a veces, desquiciante, pero en el fondo llena de comprensión y resignación.
El hombre incomprensible hace demasiado tiempo que solo piensa en si mismo. Tal vez, la música, aunque yo no asistiera al concierto, le dejara desnudo, frente a frente a su realidad. Y de allí los tics.

Anónimo dijo...

q es esto de retocar mis fotos!!! pero... pero..., ¿¿no hay ninguna ley q lo impida?? maldita sea, mi obra mancillada por un principante! XD