¿Cuántas palabras necesito para que lo entiendas?

Variación 1

La novela explica
La poesía insinúa
El eslogan manda

A menos palabras
mayor sugestión

La música es
sugerencia pura

Variación 2

Muchas palabras concretan.
Pocas sugieren.

La música no tiene palabra.

O es sugerencia pura
O es pura traición.


Variación 3

El capnonauta fue definido,
lo convirtieron en estatua,
desde lejos…

De cerca, se le veía respirar…

Toda definición deja algo,
porque las palabras señalan,
NO SON, ni se puede
señalar todo,
de la misma manera
que la recta REAL
puede contener todos los números del universo
pero no puede señalarlos por igual.

San Juan

La mítica noche de San Juan se caracteriza por las innumerables hogueras que iluminan la que es la noche más breve del año y que marca el solsticio de verano. Incorporada por el cristianismo, esta celebración tiene un origen impreciso y ha heredado prácticas, costumbres y ritos propios de una o varias festividades precristianas. La tradición popular continúa considerando a la noche de San Juan como una situación en la que todo puede suceder, cuando las hierbas adquieren propiedades mágicas y los filtros de amor resultan más eficaces que de costumbre. Por otra parte, la brevedad de la noche que marca el solsticio de verano ha dado lugar a un conjunto de ritos que buscan destacar el triunfo de la luz sobre la oscuridad y en los que el sol, el agua y el fuego, como elementos purificadores, juegan un papel fundamental.

El señor Bautista se mira cada año al espejo por estas fechas y no se reconoce. Ve llamas ondear en el espejo de mano, ve flores de luz eclosionando y marchitándose en un instante, ve regocijo y vino y algún que otro camino de nieve esperando a ser recorrido… ¿Para esto fue su labor? ¿Para pintar de azul celeste una fiesta condenada al rojo del infierno? El espejo lleva mucho tiempo roto e inútilmente sigue intentando recomponerlo. Nunca podrá aceptar que la Unidad no existe.


Alea

Dedé David (dedé déivid) se quedó fascinado cuando, hurtando tiempo a la redacción desde su ordenador personal, a la vez que mantenía una conversación con una mujer cuyo nombre todavía no conocía, leyó en un blog una descripción de sí mismo pero referida a otra persona…

Apenas hubiera sido un detalle curioso si tres meses después, yendo a caer en la misma bitácora, no hubiera encontrado otro texto sobre aquel misterioso personaje, con el que ya no sólo tenía costumbres y rasgos comunes sino con el que, además, compartía destinos y peripecias calcadas…

Semanas más tarde, la página publicaba un texto de Conrad, fragmento perteneciente al principio del libro que justo aquella mañana había empezado a leer…

En realidad, Dedé David tampoco es que tuviera demasiados problemas para encontrar noticias curiosas de este tipo, se podría considerar que era un periodista afortunado, tanto que parecía haber vendido su alma al diablo por tener los mejores titulares…

Si, por el contrario, el azar no acompañaba y se veía en la obligación de llevar a cabo una concienzuda investigación para cazar el artículo perfecto, recordaba la célebre frase de Mahoma y la montaña, cogía su gabardina y salía sin dilación a buscarlo…

El día que vio esta misma frase en el diario binario que le había estado leyendo el pensamiento durante casi medio año, Dedé David cogió su abrigo precipitadamente y marchó directo al aeropuerto, dispuesto a subirse en el primer avión que saliera …

En el salvapantallas de su ordenador se pudo leer durante trece días el mensaje de “Back in five minutes” dando vueltas y más vueltas sobre sí mismo sin parar…

Luego, lo apagaron, sin saber dónde estaba, sin tener noticias suyas…

La suerte estaba echada…