10. El gato

Al llegar ha pillado a un tipo desorientado frente a la puerta de la escena del crimen… Ha pensado que era un periodista… si hubiera sido así lo habría llevado directo al calabozo… alimañas execrables… carroñeros… pero era uno de los inmigrantes que ocupan el bloque… el tipo decía “turista”, como si en su situación pudieran tomarse muchas vacaciones…


Sobre el sofá sólo hay ropa… Sus compañeros debieron de transportar el cuerpo al depósito… Ahora el salón está libre de humo… La ventana sigue abierta y ahí, subido en el alféizar, está el gato…

El animal lo ve y, espantado, desaparece por el vano que da al pasillo… el suelo del corredor está lleno de polvo y enormes bolas de pelo... la estructura de todos los departamentos debe de ser la misma, piensa... el mismo decorado con diferentes protagonistas, diez plantas, por cuatro, por millares, por millones... ciudades dormitorio...


La primera puerta da a un lavabo marrón que huele a ratas, como una letrina de guerra...


La segunda, a un remolino caótico de sueños intranquilos, dormitorio muerte...


y en un rincón, acurrucado, un cajón de arena lleno de excrementos nauseabundo…


el fuerte olor a humo del salón impedía percibir la insoportable peste a mierda del resto de la casa… la última sala es blanca, limpia, se puede respirar… da la sensación de acceder a otro lugar, al cielo después del infierno... la luz entra por una claraboya que da a un patio interior luminoso… sólo hay una cama … debajo, ve la cola del animal…

Está acurrucado en una especie de maletín… el interior está recubierto con una tela estampada, parecida a una falda para hombres… con un pañuelo, atrapa una de las esquinas de la carcasa y, con cuidado de que el gato no le arañe, empieza a tirar de ella… el animal se mantiene quieto, como asustado, mirándolo fijamente…


Lo saca hacia fuera y entonces lo ve… Es un estuche de guitarra, vacío



2 comentarios

Madame Blavatsky dijo...

estoy flipando... lo has colgado todo del tirón!!!! y sin avisar!!

pero bueno...

el gato romano... perteneicnete al capnonauta tiene tanta importancia que se le dedica un post entero...

voy a seguir leyendo, no puedo parar.

Anónimo dijo...

¡Lo de colgarlo de un tirón no es culpa mía! Y te medio-avisé vía mail, de que se cocía algo. ¡No es mi culpa que el maldito blogger no permita el posteo automático!

Pensé que esta sería la mejor manera de hacerlo, publicarlo hasta la mitad, que tiene una conclusión más contundente que los otros textos (estilo final de temporada de serie norteamericana XDDD) y ya seguirla a partir de aquí cuando volviera. Y publicarlo más tarde me daba miedo por los problemas de la conexión.

Así que menos quejarse y más disfrutar o, lo que es lo mismo, ¡más follar y menos joder! XDDDDDDD