Treinta

Cuando avanzo a tientas a través de la insegura oscuridad del dormitorio y, al enterrarme bajo la colcha caliente, tiendes tus dedos sonámbulos hacia mí, y dices mi nombre, y me tocas, y me aseguras que estoy ahí...

Cuando tu madre niega que necesite a nadie y sacrificas el día libre para ayudarla...

Cuando tu hermana se desespera con los infinitos códices legales, con los asesinos exámenes universitarios, y la telefoneas, y le hablas, y la escuchas, y la calmas...

Cuando agarras un libro de dos mil páginas y decides terminarlo...

Cuando todos quieren viajar al último confín del mundo pero nadie pretende moverse para coger un lápiz y empezar a trazar la ruta...

Cuando cabe solucionar el dramático conflicto del aire acondicionado en la oficina...

Cuando la gripe se cobra sus bajas y hay que pringar donde sea...

Cuando alguien tiene que llevar al abuelo al hospital por una verruga mientras despotrica que tiene cáncer y se va morir y nadie le hace caso...

Cuando no se tiene plan para el fin de semana...

Cuando es necesario elegir restaurante...

Cuando un museo merece ser visitado y no hay nadie lo suficiente valiente para recorrerlo por completo...

Cuando la maraña de la Historia ha de ser desanudada y tricotada para poder ser contemplada como un tapiz fascinante e inteligible...

Cuando un suceso cotidiano carece de un haiku que emocione...

Cuando una cerveza necesita un buche...

Cuando aún queda una bandeja de calçots...


Cuando el trabajo se me acumula en exasperante y malsana costumbre, conocidas montañas de código, viejas pilas de relojes atrasados,y caritativamente saltas mi turno de cocina...

Cuando tu prima pequeña, tenaz sordomuda voluntaria, tiene problemas con el inglés y le preparas clases de repaso llenas de juegos...

Cuando piden en recepción que dirijan una llamada al señor Baumgaertner o al señor Fenstermacher y es imposible entender qué están diciendo...

Cuando, peor aún, hay que hacer una llamada al servicio técnico en la India...

Cuando hace falta saber qué tiempo hará...

Cuando una visión romántica está pidiendo a gritos una opinión política veraz...

Cuando se busca asiento en un vagón en hora punta...

Cuando las ganas de follar nos queman...

Cuando las ganas de abrazarnos nos empequeñecen...

Cuando había que estar allí...

Cuando debes mantenerte firme en la redacción de un proyecto de musealización mientras la esposa del director, más gula que sirena, cruza frente a ti los manjares más deliciosos...

Cuando hincar codos para un examen es la obligación para sacar la mejor nota...

Cuando hay que traer algún souvenir original de todas las ciudades que visitamos...

Cuando llegan las fechas de hacer regalos por Navidad...

Cuando toca celebrar un cumpleaños...

...Tú cumples

2 comentarios

Madame Blavatsky dijo...

Me quito el sombrero del pasado y me quito el de ahora por esta dedicatoria, y me quito el sombrero futuro por vosotros!

Muy emotivo y sincero.

FeliXidades, Tere!

(felix felicis)

aningunsitioperoquesealejos dijo...

Muchas gracias, Blavatsky!