Otro día más

Me despierto a las ocho tras seis horas de sueño... recuerdo tener los ojos abiertos como platos en la oscuridad pero no recuerdo qué desayuno... me muevo despacio... el día se ve de un gris plomizo que luego resulta ser un amarillo cálido en pleno noviembre... en la parada un tipo con pinta de campeón de halterofilia dice que ya viene... voy de pie en el autobús...

subo por la escaleras a casa de mi madre... la encuentro en cama, le pregunto qué tal se encuentra, le preparo el café con galletas que me pide... voy al banco a activarle la banca online... están en obras y la cola es, más que larga, abultada... aquí la gente no hace filas sino corrillos... cuando vuelvo me doy cuenta de que lo han hecho mal e intuyo por qué... vuelvo a bajar por el ascensor que estrenó el bloque hace unos meses...

en un despacho, un tipo con cara de bobalicón, pero seguramente con sobrada mala intención, investiga qué sucede... le digo lo que pienso y me da la razón... viene otra a ayudarle a solucionarlo... él le explica a ella la confusión y la otra dice “¡ah!” y me espeta con una risa artificial “¡culpa tuya!” y yo, como siempre, le devuelvo la sonrisa... era una broma... poco tarda en carcomerme por dentro el no haberle respondido...

cuando se va, el tipo intenta venderme un plan de pensiones “porque tal como vamos, a los 80 nos vamos a jubilar tú y yo con sólo 200 o 300 al mes”... qué cara más dura... vuelvo a casa y puedo acceder a la cuenta a través de internet... bajo a comprar lo que necesita mi madre y le pregunto si quiere algo y ella dice que no... le propongo varias cosas y me dice que no... el vaso de café con galletas está vacío en la cocina... mientras estaba fuera, se ha levantado y se ha vuelto a meter en la cama...

compro el pan, llevo a la sucursal un papel que faltaba por firmar y subo hasta el frankfurt donde hacen los bocadillos que le gustan a ella... no recordaba que los miércoles cierran... compro un kebab de vuelta y me lo como frente al televisor después de haber guardado las cosas en la cocina... cuando me estoy quedando dormido, llama mi tía preguntando y le explico todo... al rato, aparece mi abuela con la chica que la cuida... están un rato y se van...

miro un rato más la tele donde hablan del despido al completo de la plantilla de la televisión valenciana... los trabajadores denuncian a los que han decidido cerrar la cadena, sacan toda la mierda que pueden... hasta ahora parece que hacer la vista gorda estaba justificado... recuerdo lo que un día me dijo el encargado del almacén de la librería donde trabajé: “muchos se creen que la empresa es suya pero yo sé que vengo aquí sólo a currar y que me pueden despedir en cualquier momento, no se puede perder la dignidad y menos por un curro de mierda”...

hace un mes, los empleados de Catalunya Caixa hicieron tres días de huelga por los despidos... se debían de preguntar qué culpa tenían ellos en esto de la crisis para que les tocara recibir, más cuando habían acatado vender las hipotecas basura, cuando habían aceptado engañar a los ancianos con las preferentes... y yo tuve que joderme y retrasarme en el pago del alquiler porque ellos habían decidido defender los derechos que habían pisoteado a los demás... con cierto mareo, beso a mi madre y le digo que me marcho...

en la parada del autobús un deficiente mental me pregunta si tengo sueño... luego se sienta a mi lado mientras murmura: “me voy a tirar por el balcón, me voy a tirar, y a esas dos de ahí me las follo, me las follo”... creo que el tipo es el mismo que la semana pasada subió en esta misma línea con otra deficiente... ambos se insultaban a grito pelado por algo indecente que él le había hecho a ella... llegaron a las manos en el momento en que yo bajaba... durante ese trayecto, recuerdo que estaba el campeón de halterofilia de esta mañana...

nada más descalzarme, una amiga me llama preguntándome si estoy en casa, que debe entregarme “una cosa”... vuelvo a atarme las botas y espero en el sofá mirando las noticias en el móvil... leo que Fidalgo, ex líder de CC.OO. y ahora colaborador de la fundación FAES, presenta la segunda parte de las memorias de Aznar... formé parte de su sindicato mientras estaba en la librería y me borré de sus listas dos meses después de cambiar de trabajo... estaban más preocupados por ganar elecciones que por hacer algo...

en el libro, el ex presidente ensalza el encuentro de las Azores porque “marcó el punto más alto de la relevancia internacional de España” y la defensa del islote de Perejil porque, desde entonces, “la construcción y la inversión se han disparado en Ceuta”... guarda también palabras de reproche para los familiares de los fallecidos durante el 11M que lo interpelaron e insultaron por la calle haciéndolo responsable de las muertes: “como un puñal cruel y helado se me clavaron estas palabras en el corazón, dichas por alguien que se creía con derecho a ello”...

veo que también su partido gana ventaja al de la oposición a pesar de, bueno, de todo... recibo el mensaje de mi amiga y bajo a encontrarme con ella... sé que es la invitación de boda... se lo agradezco... ha venido con su futuro marido en el coche aprovechando que él debía acercarse a la sede del partido... le comento el tema de la ventaja electoral que les está sacando el partido rival y él contesta que ya no queda duda de que nos gobiernan quienes nos merecemos...

vuelvo a casa, me siento agotado... descalzo en el sofá, arranco la piruleta en forma de corazón que trae la tarjeta de boda... la muerdo, la mastico, la destrozo entre mis dientes... cierta sensación de placer me consuela pero no me tranquiliza...