Rebota y explota

Rebota como la curva del COVID, explota como la curva del COVID...

Del confinamiento de marzo a la desescalada de junio... luego, nos olvidamos de las normas y de los consejos y de la distancia de seguridad y hasta de la mascarilla que está bajo nuestras narices... vacaciones y en septiembre se volvió a la escuela, y hasta a la oficina... falta tiempo para retomar una normalidad en contra del dictado de los datos...

En octubre, segunda ola... la recibimos con una sorpresa ingenua, hacemos morros, estamos cansados... Lo peor es que nadie se ha preparado, ni la población ni las instituciones... falta de personal sanitario y recursos... en Madrid, se derivan trabajadores a un hospital de chichinabo montado con prisa y con carencias, mientras los centros privados se embolsan el dinero que el público suplica...

No es España, es todo el planeta... En noviembre descubren una nueva mutación en Dinamarca; y en diciembre, una nueva cepa un 50% más contagiosa en Inglaterra... Cada país ha inventado sus excusas para no señalar la raíz podrida, pero el maquillaje no oculta que la globalización nos sitúa en un mismo barco que se hunde mientras cada galeote rema en una dirección...

Cuando aquí se decidió recortar en sanidad, la marea blanca denunciaba en solitario la siembra de la precariedad que hoy recogemos... Recuerdo a una enfermera llorando de desesperación e impotencia antes las cámaras durante la primera ola... Y ahora les tocará lidiar con la misma tragedia... El virus no se detiene ni por festivos ni por luto... 

Tampoco lo hace el mercado, que en su universo paralelo parásito de éste inventa nuevas maneras de apretar el nudo de la soga... el agua comienza a cotizar en Wall Street y el FMI propone a los bancos tradicionales tener en cuentas datos como el historial de búsquedas para conceder créditos... ¿cuánto tardaremos en sentir los efectos negativos de estas distópicas decisiones?... ¿y quién se lo permite?...

La tercera temporada de la pandemia ya ha sido anunciada... las UCI se empiezan a saturar acorde con los picos de las gráficas... al finalizar este último mes del año en el que las restricciones se han relajado para salvar la economía, las aglomeraciones del Black Friday, las compras de Navidad y las fiestas con excedencia de cupo nos han devuelto a la casilla de salida...

Rebota como la curva del COVID, explota como la curva del COVID...


La esperanza es lo último que nos pierde

Cuando empezó la pesadilla, el dinosaurio todavía estaba allí... No se ha movido ni un milímetro y sigue driblando la extinción a golpe de odio... No valió de mucho la solidaridad del inicio... Aunque de la paralización del sistema germinaron manos tendidas por doquier, sus brazos no tardaron en cruzarse y caer...

La bondad requiere combustible y no carbón... Nuestra mente deformada por la programación catódica apostólica siempre espera recompensa por sus buenas acciones... Pero no la hubo... Hay quien se esforzó hasta el límite y perdió a sus seres queridos... Hay quien hizo lo que le ordenaron y tuvo que cerrar su negocio... Hay quien no hizo nada, ni para bien ni para mal, y se quedó sin vacaciones...

Tampoco ha habido castigo para los primos que violan los cimientos de la fraternidad con su incestuoso pensamiento... liberticidas que conducen su albedrío como una apisonadora por encima del resto, conspiranoicos que necesitan inventar razones en su fantasía para justificar su propio egoísmo, fiscales de balcón y de tribuna tan faltos de respuestas como de preguntas útiles...

Esperábamos brotes verdes, pero sólo obtuvimos un nuevo brote vírico... Las tres semanas iniciales se convirtieron en seis, en siete, en nueve... sumaron otra, y otra, y otra más... Se alargó tanto que confundimos la luz del verano con el resplandor al final del túnel... Nuestros ánimos se marchitaron, incapaces de sintetizar los datos en una vacuna contra el desencanto...

Debemos asumir que la pandemia es una carrera de fondo... alcanzar la meta no es cuestión de velocidad sino de resistencia... los sprints suben la adrenalina, pero nos vacían el tanque de oxígeno... cabe mantener la calma y la respiración, minimizar los riesgos y los daños, hacer piña para no despeñarnos, y contribuir aunque sea no estorbando...

Los saurios prehistóricos siguen protegiendo sus tronos de huesos gracias a la desmemoria y la mentira... Arman el caos para atribular las ideas, bloquear los movimientos y amordazar las soluciones... No hay meteorito que valga en un futuro por existir, porque el presente es el único campo de batalla... Hay que reconstruir los apoyos mutuos y avanzar unidos contra el enemigo común...


Mascarillas al desnudo

Collage de mascarillas

En farmacias, en supermercados, en tiendas de ropa, en perfumerías, en estancos, en bazares chinos, en colmados paquistaníes, en tenderetes hippies, en grandes superficies, en cadenas deportivas, en librerías, en línea... Apenas se encontraban hace unos meses, pero se abrió la espita del mercantilismo y ahora flotamos en la ebriedad de la variedad...

Las hay quirúrgicas, de obra, de marca, de moda, de autor e incluso de ninja, de camuflaje, de colores, detonantes, desabridas, blancas, negras, conjuntadas, a topos, a rayas, a cuadros, estampadas, con grafitis, con motivos florales, con patitos de goma, con narices de gato, hocicos de oso, lenguas de perro, y sonrisas pintadas... 

Las hay caseras e industriales, en packs de diez y a granel, de diseño y exclusivas, encarecidamente baratas o desbaratadoramente caras, de tamaño infantil o para adultos, de tela, plástico o papel, fruto del regalo de un familiar, de una compra solidaria, o de una vecina mañosa, bonitas, feas, anchas, estrechas, finas, gruesas, y hasta con alas...

Homologadas en un puchero babélico de siglas donde nadan estándares europeos y estadounidenses, de China y la Conchinchina, son clasificadas como FFP2, FFP3, N95, N99, KN95, P2, PFF2, o DS2, según su porcentaje de filtración y respirabilidad, de su resistencia a químicos y aceites, de si son transpirables, desechables, reutilizables o, como mínimo, fiables...

Con válvula o sin ella, con filtro de partículas de carbono o de oximorónico tejido no tejido, autofiltrantes, duales, rígidas, flexibles, rectangulares, trapezoidales, romboidales, pentagonales, ovaladas, circulares, abombadas, planas, en punta, con cresta, con pinza nasal, con costuras, con gracia, con desgracia, compartidas...

Grandes, pequeñas, holgadas, apretadas, arrugadas, pegadas a la nariz, tirando de las orejas, irritando los labios, por debajo o por encima de los cristales empañados, enredadas con el cable de los auriculares, enganchadas en las varillas de la montura, fijas como el tiempo, movedizas como la arena, temblorosas como nosotros...

Con gomas cruzadas, con tiras de algodón, con lazos, con pliegues en los laterales, con nudos como quipus, atadas en la coronilla, enganchadas a una extensión de espuma en el cogote, tapando la barbilla, cubriendo la papada, casi ocultando los ojos, con el miedo, con la inseguridad, con la sospecha...

Siempre revelando más de lo que esconden: futboleras con escudos, seriéfilas con personajes, videojuerguistas con avatares, inocentes con dibujos, pervertidas con hentai, reivindicativas con proclamas, corporativas con eslóganes, institucionales con promesas, y banderas, y más banderas, con patriotismo o con independencia de él...

Con la nariz visible, con la boca abierta, mal colgada de una oreja, en el codo, en el bolsillo, en la basura, con la inconsciencia de la ignorancia, con el egoísmo del dinero, plandemiólogos, pijos, calaveras, divos, cantantes encocados, políticos con gasolina, escupiendo, fumando, gritando, sin sentido ni empatía, sinvergüenzas sin perdón ni de EPI ni de Blas...

Tantos profesionales sin dormir, tanta gente esforzándose... 

Tanto insolidario echándolo por tierra...

Tres retratos de miembros del personal sanitario del Hospital San Salvatore en Pesaro, Italia

Toque de atención

A quienes creen que pueden herir la sensibilidad de la buena gente en redes sociales con impunidad y alevosía, yo les digo tajantemente: NO...

¿Tuiteas chistes de Carrero Blanco?... Toque de atención...

¿Decides piar todavía más alto bromas sobre el almirante?... Toque de atención...

¿No te estás calladito y sigues escribiendo gracietas sobre atentados?... Toque de atención...

No hay afrenta pequeña... Si se tolera esto, del enaltecimiento del terrorismo pasan a calumniar a la Corona y a lanzar amenazas a viva voz en sus conciertuchos de rap contra las fuerzas del Estado... ¡Y tienen la poca vergüenza de subirlo a Youtube!... Toque de atención...

Si llamas asesinos a los policías y tratas de parásita, mafiosa y criminal a la monarquía... Toque de atención...

¿En qué república bananera se creen que vivimos?... ¿A quién se le ocurre defender a los GRAPO y atacar al GAL?... Toque de atención...

Y, encima, a la justificación de los GRAPO, suman elogios a la kale borroka... Toque de atención...

Chusma ociosa que no tiene otra cosa mejor que desear el bombardeo del Valle de los Caídos con todos sus defensores dentro... Toque de atención...

¿Acaso no hay libertad de ideología?... Ya nos avisó Churchill: ¡ellos serán los fascistas del futuro!...

Si hoy piden la amnistía de los presos vascos y la expulsión de la Guardia Civil del País Vasco en Facebook, ¿qué no exigirán mañana?... Para evitarlo... Toque de atención...

¡Y fuera de los ayuntamientos todos aquellos que ofendan a las víctimas!... Y mayor afrenta para aquellas como Irene Villa que defienden a sus verdugos... Toque de atención...

Porque nunca tienen suficiente... Y es que ya han intentado influenciar a los niños mostrando pancartas proetarras en funciones de títeres... Toque de atención...

¡Por lo más Sagrado, que grabaron un vídeo en el que se cocinaban la estatuílla de un Cristo!... Toque de atención...

Y es que no puede ser, ¡hay que cerrar sus sucias bocas!... Si se cagan en Dios y en la Virgen... Toque de atención...

¿Que llevan ropa con las siglas ACAB?... Lo repetiré una y mil veces: ¡Toque de atencióntoque de atencióntoque de atención!...

Si no es por las buenas, será por las malas.. Hasta que aprendan el sentido de la ejemplaridad y la transparencia... Que se les quede grabado lo que significa el respeto...

Fugaz cuerpo de conciencia

Han pasado seis años desde la primera vez... ahora es un viejo conocido que no genera el miedo de la incertidumbre... sin decir "no" a las drogas, se asume que hay que aguantar hasta que se detenga... porque la ayuda nunca será rechazada sino abrazada... la virtud del dexketoprofeno es la misericordia de la ciencia...

aprendemos a convivir con el dolor, a que el cuerpo jamás volverá a ser invisible... ¿quién sabía que tenía una espalda a los siete años?... vértebra a vértebra, se tornó translúcida desde las cervicales hasta las lumbares... no volveremos a guardar una mala postura sin sentarnos ante el tribunal de cuentas, a rendirlas y a darnos por vencidos...

la aguja se clava en el glúteo y se hace bola... sigue ahí durante un buen tiempo, mientras la materia se vuelve transparente... la afilada punzada con la que despertamos se contrarresta con otra... su magia es tan poderosa que borra hasta la memoria... ¿acaso hubo una llamada a urgencias desde el sofá ovillado como las sábanas de una noche de insomnio?...

Es como si la pesadilla nunca hubiera sucedido: leemos, jugamos, comemos, reímos... el dolor es puro presente... conjugarlo en pasado es como mirar una fotografía digital de hace veinte años... no sólo la escasa resolución hace incomprensible la imagen para los demás... uno mismo es incapaz de hacerse una idea que no parezca el argumento de una película que le contaron...

Es una amnesia de cine, una ficción quebradiza que se desmorona en cada pausa publicitaria en la que necesitamos ir al baño... y las rodillas se quejan, y perdemos el equilibro momentáneamente, y en un paso como tantos otros que ejecutamos todavía sin proponérnoslo, teledirigidos por la costumbre, un calambre sube por la ingle en un toque de atención...

el todopoderoso analgésico se vuelve terrenal, y las molestias, lejos de la intensidad apabullante de la mañana, empiezan nuevamente a hacer tangible el cuerpo... las pastillas no comparten la eficacia de la jeringa y, a cada nuevo cambio de posición sobre el colchón, constatamos el mismo dolor constante, agotador, inagotable...

En retrospectiva, uno se arrepiente de la patada que no movió la pared, del atracón a deshoras, de la siesta en el sofá, o de la impaciencia por que cicatrizara el corte de la operación... así, volvemos a tropezar con la misma piedra... aunque nuestra piel sea una cronografía veraz, bajo su superficie se ocultan demasiados hitos cuyos aniversarios acostumbramos a descuidar...

El sufrimiento es cada vez más inherente a nosotros mismos... la noche se hace larga y nadie puede acompañarnos... razonar es imposible, sólo queda esperar estoicamente... otra pastilla y nada... por breves minutos, la vela de la noche llega a apagarse... un desvanecimiento, tal vez... pero volvemos a despertar con la estocada atravesándonos el costado...

mirar el techo blanco, mimetizarse con él... levantarse, ir al lavabo, ver el fondo de la taza siempre medio vacía, como si no fuera a terminar nunca... percibir la sangre en las sienes, el sudor en el torso, el vello erizado, los músculos tensándose... nunca tan consciente de uno mismo, sin verso ni rima, sin épica, sin banda sonora... sólo azulejos y espejos...

Veinticuatro horas, frente a los días de veces pasadas... ¿cómo fue posible soportarlo?... nadie recuerda, pero uno se siente dichoso por unos instantes... luego, todos esos minutos vividos, sumados en tiempo real, se difuminan cuando el cálculo se resuelve de golpe con otra punzada de fuego... instantáneas teñidas de rojo, vueltas en la cama, poco más... sin rastro de la sensación inefable...

El cuerpo no pasa página tan rápido... aturdidos por un molesto cansancio que nos impide movernos, perdemos el fin de semana... así, medio recuperados, vamos de cabeza al lunes, al trabajo, a la rutina de las pequeñas incomodidades: la muñeca, el cuello, la vista, el codo, la espalda, la espalda... no seguimos ninguna de las recomendaciones... volvemos a la vida, al olvido de la vida...


Agua de mayo

Apenas unas semanas de interrupción de la dinámica caníbal en la que participamos rutinariamente han hecho que los pilares de nuestro sistema económico se tambaleen... hemos recordado que no se puede detener la máquina sin que su estructura piramidal de naipes se desmorone, del mismo modo que los ases de la baraja no valen uno sino mucho más que reyes y reinas...

A finales de marzo, los multimillonarios frutos únicamente de su propio esfuerzo y mérito suplicaron a Trump que abandonase el confinamiento... Como si sus empresas no escupieran dinero por sí mismas, como si precisarán de trabajadores para que dieran beneficios... Y, sin embargo, parece que les debemos la vida por la oportunidad que nos regalan de trabajar cuarenta horas semanales...

No se trata de ser maniqueo ni ingenuo con la situación actual, pero cabe reivindicarse después de tanta infamia contra la lucha de clases, a la que se ha acusado de trasnochada e, incluso, de radical... los obreros que compran en Amazon su disfraz de clase media denostando a quienes lo piden en AliExpress no se percatan que pagan más por recibir la misma medianía...

Los trabajadores son valiosos y merecen el respeto que se les roba junto con sus derechos... Grita la mala calaña que las últimas subidas del SMI son desproporcionadas... Sí, lo son, pero porque llegan con un retraso de tantos años como suma la hipoteca... somos pobres con blancas dentaduras sonrientes prestadas de unos anuncios cuyos sueños todavía estamos pagando...

Hay que recuperar sin olvidar... enfermeras, cajeras, repartidores, cuidadoras, basureros, limpiadoras,... oficios desprestigiados, mal pagados y mayormente ocupados por mujeres reciben aplausos a las ocho de la tarde como agua de lluvia, y no de mayo, que se secará sobre la baranda de los balcones cuando llegue el buen tiempo... los bellos gestos convencen, pero no derogan las malas políticas...