Al final, nadie pudo abortar el año… creció como una ola de revelaciones hediondas, un tsunami indignante que nuestros votos parecen confirmar que estamos dispuestos a seguir tragando… pueden decir misa los varemos de estimación de voto, la acción está todavía por darse… la gente anda sin ánimo y, en las manifestaciones desorientadas y silenciosas, hace fotos desde la acera a la comparsa que cruza la calle…
pese a las mentiras como puñales, los siguen defendiendo, y pese a las verdades como puños, los siguen atacando… a diestra y siniestra, subjuntuvizando las alternativas, queriendo que se materialicen pero criticando su potencialidad constantemente, se asevera que más vale malo enquistado que bueno para extirpar… la gente enarbola su ateísmo pero continúa esperando a Jesucristo por miedo al bisturí…
La deforma de la ley de interrupción del embarazo no salió adelante pero apenas quedó espacio para levantar una comisura… no sólo porque quedara más como un desvaimiento que una victoria sino porque no ha habido descanso para ello: legislaron para suprimir el derecho a cita y ofensa, para criminalizar las manifestaciones en plaza y en tuit, para pagar un canon a la prensa que apoya las decisiones de un gobierno que desahucia oportunidades…
Uno se refugia ya no sólo en el amparo de los más cercanos, ya no sólo en los destinos más lejanos, también en la enfermedad, es ese espacio blanco de las salas ahora destartaladas de los hospitales donde el tiempo y las responsabilidades se suspenden… encontré paz aplastado bajo una piedra… pero todo son ficciones, verdades a medias… afuera las balas siguen arreciando, es un paréntesis que obvia lo obvio…
Lo que se ignora sigue ahí, contagiándose hasta convertirse en pandemia… no sirve que se apacigüe en los salones engalanados: hay millones de chabolas donde el virus duerme y come y se hace fuerte… se puede censurar una portada pero el vómito sigue su curso sin obstáculos bajo tierra a través de las grietas del fracking... la frustración crece como una deuda y en algún momento alguien tendrá que pagar por ello...
pese a las mentiras como puñales, los siguen defendiendo, y pese a las verdades como puños, los siguen atacando… a diestra y siniestra, subjuntuvizando las alternativas, queriendo que se materialicen pero criticando su potencialidad constantemente, se asevera que más vale malo enquistado que bueno para extirpar… la gente enarbola su ateísmo pero continúa esperando a Jesucristo por miedo al bisturí…
La deforma de la ley de interrupción del embarazo no salió adelante pero apenas quedó espacio para levantar una comisura… no sólo porque quedara más como un desvaimiento que una victoria sino porque no ha habido descanso para ello: legislaron para suprimir el derecho a cita y ofensa, para criminalizar las manifestaciones en plaza y en tuit, para pagar un canon a la prensa que apoya las decisiones de un gobierno que desahucia oportunidades…
Uno se refugia ya no sólo en el amparo de los más cercanos, ya no sólo en los destinos más lejanos, también en la enfermedad, es ese espacio blanco de las salas ahora destartaladas de los hospitales donde el tiempo y las responsabilidades se suspenden… encontré paz aplastado bajo una piedra… pero todo son ficciones, verdades a medias… afuera las balas siguen arreciando, es un paréntesis que obvia lo obvio…
Lo que se ignora sigue ahí, contagiándose hasta convertirse en pandemia… no sirve que se apacigüe en los salones engalanados: hay millones de chabolas donde el virus duerme y come y se hace fuerte… se puede censurar una portada pero el vómito sigue su curso sin obstáculos bajo tierra a través de las grietas del fracking... la frustración crece como una deuda y en algún momento alguien tendrá que pagar por ello...
1 comentario
Pues parece que un año después los únicos que estamos pagando por ello seguimos siendo los mismos...
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