Pellets a la mar

del chapapote de ayer a los pellets de hoy, se amplía sin misericordia ni remedio ni culpables el vocabulario de los venenos que amenazan no sólo la costa gallega, sino las aguas del planeta... por supuesto, no es el primer suceso de este tipo... antes estuvieron Hong Kong 2012, Durban 2017, Mar del Norte 2020, o Sri Lanka 2021... un historial catastrófico que nadie parece querer borrar del navegador...

sucedió a 80 kilómetros del litoral de Viana do Castelo, al norte de Portugal... veintiséis toneladas de microesferas de plástico se vertieron al mar procedentes de un único contenedor caído de la cubierta del carguero Toconao... 660 cajones corrieron la misma suerte en 2022, un porcentaje ínfimo si contamos el tráfico marítimo anual, pero alarmante si somos conscientes de su posible contenido...

rollos de papel higiénico, pañales, piezas de Lego, guantes de hockey, patitos de goma, espejos, parachoques, motos, pesticidas, combustible, ácido sulfúrico... si bien la Organización Marítima Internacional marca unos protocolos para el cargamento de los buques, no tiene capacidad reguladora... y hasta 2018 no existía un comité que incluyera la obligación de declarar la pérdida de contenedores...

ahora mismo hay peces viviendo con una dieta a base de plástico, que si no los mata, no los hará más fuertes... la población queda consternada, se desviven en una tarea sisífica por limpiar sus playas, mientras las navieras apuntan la cantidad en pérdidas y siguen enviando más y más barcos... lágrimas de sirena, lágrimas de cocodrilo...

en tierra, mientras tanto, la Xunta acusa al Gobierno de “falta de información”... el presidente popular Alfonso Rueda afirma que “la primera comunicación oficial que tenemos es del 3 de enero”, aunque los registros de las llamadas al 112 demuestran que sí tenían conocimiento del vertido desde el 13 de diciembre... sin duda, la precampaña de las elecciones gallegas ha dado el pistoletazo de salida...

tres semanas después de las primeras llamadas, el 5 de enero, la Xunta activó el plan anticontaminación, pero evitó elevar el nivel de emergencia y pedir ayuda al Estado, ya que, tal como afirmaba el 8 de enero la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, las bolas de plástico “no son tóxicas ni peligrosas”... al día siguiente, sin embargo, cambió de opinión...

poco importa que catorce millones de toneladas de microplásticos acaben en los océanos cada año destrozando récords y ecosistemas... prima seguir lanzando mierda, ser desagradable, degradable, no biodegradable... obviar la solución y ondear la mentira... lo demostraron con el Prestige, y repiten guion ahora... malditos asesinos, ignoran que por la boca no sólo muere el pez...


Fuente: botella y pez