AI, Dios mío

En julio del año pasado, Google despidió a un ingeniero que divulgó información confidencial de la compañía asegurando que el programa con el que estaba trabajando había cobrado conciencia... el empleado en cuestión formaba parte del departamento de inteligencia artificial... ¿era la señal de que se acercaba el futuro apocalíptico que tantas obras de ficción han predicho?...

la contestación llegó el 30 de noviembre... OpenAI lanzaba ChatGPT y el mundo se partía en dos... luditas y fanáticos quedaban asombrados ante la rapidez del chatbot, capaz de construir respuestas tan elaboradas como naturales... a diferencia de Alexa o Siri, no se limita a ejecutar órdenes, sino que mantiene conversaciones sin perder el contexto, y hasta aconseja a los usuarios...

En febrero se anunció que se había convertido en la aplicación de consumo con mayor crecimiento de la historia, logrando los 100 millones de usuarios en tan sólo dos meses... poesía, letras de canciones, itinerarios de viaje, recetas de cocina, respuestas de email, discursos, correcciones, paráfrasis, resúmenes, traducciones, código de programación,... nada parece quedar fuera de su alcance...

Microsoft, como inversor de OpenAI durante años, ha sido uno de los mayores beneficiados, y ha presentado su nueva versión del buscador Bing vitaminado con ChatGPT... Google, en cambio, ha sufrido un revés millonario por culpa de un error durante la presentación de su propio asistente, basado en el modelo que en verano había sido descrito por el ingeniero cesado como un "ser sintiente"...

Errare humanum est, o no sólo, porque los todopoderosos algoritmos también se equivocan... dan respuestas incorrectas y pueden llegar a defenderlas con obstinación frente a cualquier argumento... incapaces de entender qué es la verdad pese a las ingentes cantidades de datos ingestados, en su reafirmación se multiplican nuestras dudas...

imágenes generadas a través de prompts, deepfakes,... todos los neologismos surgidos de jugar con las inteligencias artificiales no han hecho más que añadir capas de grises a nuestra capacidad para discernir entre lo verdadero y lo falso... incluso han salido noticias alertando del uso de ChatGPT para perfeccionar estafas online, y esto no ha hecho más que empezar...

OpenAI nació como empresa sin ánimo de lucro, pero abandonó esa categoría en 2018 para ser hoy una empresa más que rentable... y, recientemente, se ha sabido que Microsoft despidió al departamento de ética dentro de su división de inteligencia artificial... ¿son fiables, pues, quienes guían la nave?... ¿y está la legislación llegando a tiempo, o es demasiado tarde?...

la nueva religión sigue sumando devotos y detractores con celeridad y sin freno... si alguien que trabajaba en uno de estos grandes modelos de lenguaje acabó otorgándole alma, si el bot consiguió convencer a alguien que tenía los conocimientos técnicos para no considerarlo magia, ¿que no hará con tantos de nosotros?... la ironía hizo que la sociedad hipertecnológica trajera de vuelta a Dios...


Fuente: ojo y triángulo