Con un año de retraso, se han celebrado los Juegos Olímpicos de Tokio... uno de los temas más destacados ha sido el de la salud mental... Simon Biles, la gimnasta más condecorada de la historia, se ha retirado por dicho motivo... Novak Djokovic, aún no enterado de lo sucedido, fue preguntado ante los micrófonos por la presión que sufren los deportistas de élite...
El serbio contestó de forma grandilocuente: "La presión es un privilegio", y los periodistas no tardaron en inventar un escándalo, aseverando que el balcánico pretendía infravalorar a la estadounidense y su situación... Curiosamente, unos meses antes, la tenista Naomi Osaka se bajó de Roland Garros porque, tras alegar la misma razón que Biles para no atender a los medios, la prensa se lanzó a su yugular...
Por muy machito que sonara, lo que salió de la boca de Djokovic eran las palabras de la laureada Billie Jean King... no era la primera vez que citaba a la gran campeona, pues ya había repetido su frase en 2019 y en 2020... del mismo modo, otros tenistas han recurrido a ella, y, a poco que se busque en internet, uno puede descubrir que se trata de una consigna motivacional reproducida por doquier...
Dos días después del inicio de la polémica, el propio Djokovic se ha hundido psicológicamente, primero en la semifinal contra Zverev, y hoy en el partido contra Carreño por el bronce, quedándose fuera del podio olímpico... su ataque de ira e impotencia en pista se ha convertido en la mofa de las redes sociales, donde la noticia falsa sobre su desprecio a Biles se ha propagado como la pólvora...
Cuál no será el nivel de exigencia por parte del público para que se burlen de estas dos derrotas en un año en que el serbio ha brillado como nadie, ganando el Abierto de Australia, Roland Garros y Wimbledon para igualar los veinte trofeos de Grand Slams de Roger Federer y Rafael Nadal... Pero esto a quién le importa... una vez que se bate un récord, se tira a la pila de lo terrenal...
El listón no deja de subir... es una cuna perfecta para la ansiedad, el pánico y la depresión... nadie se libra... veintiocho medallas olímpicas no salvaron al nadador Michael Phelps de ser una víctimas más, del mismo modo que los trofeos no protegieron al futbolista Andrés Iniesta... los baloncestistas Ricky Rubio, Demar Derozan, Kevin Love y Alex Abrines se suman a una lista tan extensa como alarmante...
el corredor Noah Lyles, la alpinista Edurne Pasabán, el nadador Rafa Muñoz, el rugbista Jonny Wilkinson, la regastista Anna Boada, la lanzadora de disco Sabina Asenjo,... ninguna disciplina protege contra los problemas de salud mental, que ya han arrebatado más de una vida: la del portero Robert Enke, la de la ciclista Kelly Catlin, la del waterpolista Jesús Rollán, la de la golfista Erica Blasberg,...
No son las figuras superhumanas que dibujan los periodistas, narradores contemporáneos de la épica de antaño... una masa ávida de inconmensurabilidad espera sus fantasiosos artículos con los brazos abiertos y el pensamiento deformado... publicidad, cine y telediario inflan unas expectativas para las que no existen cheques lo bastante generosos... y la constante exposición de nuestros días no ayuda...
cada vez son más los creadores de contenido e influencers del mundo virtual que revelan los miedos y problemas con los que han tenido que lidiar... hay que rebajar los corazones, gustarse más, olvidar los dislikes,... huir de la mirada incesante y hablar, hablar, hablar... buscar apoyo... el deporte y la vida no deberían ser sinónimo de competición, sino de comunidad, de juego, de diversión, de salud...