Una videollamada de trabajo que se corta... No es un fallo del router, porque la pantalla del ordenador también se ha apagado.... es mediodía y los plomos están intactos... a través del móvil, el interlocutor envía un mensaje avisando de que él también se ha quedado sin luz... una casualidad llamativa contando que están en ciudades distintas a treinta kilómetros de distancia...
en las redes se habla de apagón, y afecta a todo el país... se dice que están en la misma situación Francia, Italia y Alemania... el nombre de Rusia aparece en los hilos de las redes sociales... luego, la conexión de datos se extingue, y sólo quedan las conjeturas... las comenta con su pareja, mezclando la preocupación con las bromas... con o sin internet, el campo de la especulación desconoce fronteras...
una hora después, en el bazar de abajo no quedan radios, tampoco en la tienda de carcasas y telefonos... se ha dormido en los laureles... ni se le pasó por la cabeza que el día tardara tanto en retomar su anodina rutina... pero siguen igual... las dudas se agolpan... lo que parecía inverosímil empieza a entrar en el terreno de lo posible... ¿en serio ha sido Rusia?...
tres horas más tarde, va camino del barrio de sus padres... intentando capturar la excepcionalidad de la situación, saca fotos del patio de un colegio vacío, de un cruce sin coches con los semáforos apagados... más tarde, se dará cuenta de que las fotos parecen tomadas un día cualquiera: una escuela después de las clases, una calle con poco tráfico...
en un déjà vu de la pandemia, ve salir de un supermercado una barahúnda de gente con carros llenos de garrafas y papel higiénico... en casa, su padre está sentado en el salón, en batín, atento a un transistor a pilas en el que se oye al presidente del Gobierno... informa que los técnicos trabajan a contrarreloj para restablecer el suministro... aún no saben la causa del corte, ni cuándo quedará totalmente resuelto...
cábalas y más cábalas... se despiden... calle abajo, unos vecinos se arremolinan alrededor de un coche con las puertas abiertas y la radio a todo volumen... el mandatario sigue respondiendo a los periodistas con calma y seriedad... pide a los ciudadanos prudencia, que no empiecen a encender los electrodomésticos en cuanto recuperen la luz, ya que podrían provocar una sobrecarga...
afortunadamente, en casa de su madre ya hay corriente... ha estado con la máquina de oxígeno portátil todo este tiempo y no ha sufrido ningún percance... ¿quién ganaría nada con esto?... ¿de qué tipo de ataque se trataría?... la ciudad despierta a parches... en una acera tienen electricidad y en la de enfrente no, a dos manzanas están en penumbra, pero a tres han recobrado la normalidad...
de regreso a casa, vuelve a tener datos a medio trayecto, pero se esfuman cuando se acerca a su bloque... no pueden cocinar porque no tienen fogones, sólo vitrocerámica... cenan embutido en el balcón con el sol ya bajo e hilvanan teorías... alrededor de las diez de la noche se enciende la lámpara del salón y el televisor... el pájaro, que ya dormía, se asusta... él y su pareja también se sobresaltan, pero aliviados...
al día siguiente, el presidente afirma que la causa ha sido que "15 gigavatios de generación se han perdido súbitamente del sistema [...] en apenas 5 segundos", y eso hizo caer la red estatal... suena muy extraño... el corte lo sufrió principalmente la península ibérica... ni Alemania ni Italia se enteraron, y apenas dio problemas el sur de Francia... las fake new se propagan a velocidades superlumínicas...
fue un lunes incierto, no exento de temor... sobrevuela todavía el interrogante del sabotaje, y aunque Red Eléctrica lo considera poco probable, el presidente insiste en que no descartan ninguna hipótesis... con la invasión de Ucrania, con la matanza de Gaza, con las vejaciones de Trump, Europa finge mantener la calma... con una sonrisa impostada, caminamos a tientas a plena luz del día...