Taconead

Escribir, más difícil con el tiempo, y sin él... los sucesos como mecha de bomba y los cronómetros como detonadores, nanoscopios temporales que avanzan el tiempo y necrológicas online que preceden el terminus ad quem...

y la primera tecla, ya rezagada, se hunde en un mar de textos e hipertextos gigantes, derrelicta... del abismo de la hoja en blanco a la pantalla nunca libre, pandemonio pantagruélico de información que indigesta e indispone...

¿qué añadir ya?... lo idearon, lo crearon, lo publicaron, lo tuitearon, lo compartieron, le dieron like, lo valoraron +1, lo citaron, lo parafrasearon,... ¿repetir es lo que toca?... dejar caer las manos en el precipicio, abandonar esa letra unigénita, cerrar sin guardar...

y a la inacción, desidia, y a la desidia, acidia, y al ácido olvido, y al olvido, quién se acuerda... y al intentarlo al cabo del tiempo, los dedos ya no bailan, se pisan los unos a otros, el ritmo es torpe, el resultado es pobre...

pero al desastre, cojones, y zapateo y zapatiesta, corazón taconeante, tecleantes palpitaciones, pálpitos que inspiran, púlpitos que gritan y se caen, y aunque el hijo sea un monstruo, quererlo, y aunque se le quiera, matadlo y empezad con el siguiente...

zapateo flamenco